domingo, 9 de junio de 2013

EL CORAZÓN DE JESÚS, LA GRAN ESPERANZA



El viernes pasado celebrábamos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús; tuve ocasión de compartir el rezo de Visperas con las Religiosas Benedictinas en Madrid, en el barrio de la Piovera. Los cantos de las Monjas los seguimos con el rezo del Diurnal agradeciendo al Señor la oportunidad de compartir éstos momentos celestiales.

Este Corazón de Jesús me enlaza con mi padre y mi abuelo, ambos trabajaron en la fundición y participaron en la obra de fundir la estatua conmemorativa del Amor de Jesucristo emanado de su Corazón.

En aquel paseo vivi momentos de mi niñez imborrables; aún conservo la fotografia que se hizo mi abuelo que me mantenía en su rodilla; frente al paseo el Colegio de la Inmaculada donde aprendi las primeras letras que Sor Martina me enseñaba.

Allí vivi la nostalgia de abandonar mi pueblo al finalizar las vacaciones.

Por aquel lugar encomendé el alma de mi padre cuando quizo el destino pasara por ellí el feretro con sus restos mortales.

... Y pasa la vida ciñéndonos de recuerdos pero con la ilusión que retornaremos a su inicio en el encuentro en la otra vida, la eterna la que el Señor nos prometió: "todo el que cree en mi aunque haya muerto vivirá para siempre". Pidamos por todos los que allí nos están esperando. Papá, abuelo Antonio, un abrazo en la presencia del Señor Sacramentado

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