sábado, 7 de agosto de 2010

LA EUCARISTÍA ES EL GRAN DON QUE JESÚS NOS HA DEJADO

Audiencia General"La Eucaristía es el gran don que Jesús nos ha dejado"S.S. Benedicto XVIAgosto 4, 2010www.zenit.org

Miércoles, 4 ago (RV).- Benedicto XVI regresó a las Villas Pontificias de Castel Gandolfo tras la celebración, esta mañana, de la Audiencia General en la Plaza de San Pedro con la numerosísima participación de los jóvenes miembros de la Peregrinación Europea de los Ministrantes y Monaguillos, encabezados por Mons. Martin Gächter, Obispo Auxiliar de Basilea y presidente del Coetus Internationalis Minstrantium, quien dirigió al Papa un discurso de saludo.

A su llegada desde Castel Gandolfo en helicóptero, el Papa, a bordo de un Jeep, recorrió los sectores ocupados por los jóvenes en la Plaza de San Pedro, para saludar a los 60 mil ministrantes que desde el pasado lunes visitan la Ciudad Eterna.

Benedicto XVI dedicó su catequesis al tema de la Eucaristía destacando, en particular, a San Tarcisio, patrono de los ministrantes y monaguillos. En efecto y ya desde tempranas horas de la mañana, los jóvenes empezaron a inundar la Plaza de San Pedro alegrándola con cantos y música, aguardando la llegada de Benedicto XVI quien reanudó -después de tres semanas de una breve pausa en sus actividades públicas- la tradicional celebración de la Audiencia General de los miércoles.

Se trata de aproximadamente 60 mil Ministrantes y monaguillos procedentes de 17 países, en su mayoría de Alemania, de entre 14 y 25 años de edad, presentes en Roma para la celebración de su quinquenal reunión internacional.

Ayer por la tarde estos jóvenes monaguillos europeos, de los cuales 45.000 alemanes, asistieron en la Plaza de San Pedro al encuentro del Coetus Internationalis Minstrantium (CIM), la asociación que les agrupa. Con el pañuelo del evento al cuello y con camisas de diferentes colores que identifican a los distintos grupos, los monaguillos -chicos y chicas- celebraron una vigilia de rezos.

Peter Hahnen, vicepresidente de la CIM, hablando ante nuestros micrófonos destacó que se trata de un evento festivo para promover el servicio al altar de chicos y chicas. Un servicio que ayuda a valorar la celebración litúrgica, una experiencia que para muchos marca el inicio de una vocación al sacerdocio". "En un momento doloroso para la Iglesia universal -afirmó- tras los escándalos de pederastia, con esta fiesta se quiere demostrar la vitalidad de la presencia de los jóvenes en la Iglesia.

Con esta fiesta no se eluden los problemas y las preocupaciones y los esfuerzos por mejorar la vigilancia".También ante nuestros micrófonos el presidente de esta asociación internacional de monaguillos, Mons. Martin Gaechter, obispo auxiliar de Basilea, dijo a Radio Vaticano que ninguno de los muchachos que reservó el viaje a Roma, hace ya muchos meses, renunció al mismo tras destaparse los escándalos de curas pederastas.

El Papa iba acompañado por el Cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone, invitado por los Ministrantes y monaguillos porque lleva el nombre del patrono de todos ellos, San Tarcisio, presente en la Plaza de San Pedro mediante una estatua colocada para la ocasión desde ayer, y que sucesivamente será trasladada en las proximidades de las Catacumbas de San Calixto.

La joven multitud ha hecho recordar al Papa el período en que también él era un monaguillo. Fue así que el Pontífice colocó al cuello el foulard que los distingue, y que le fue ofrecido por Mons. Gächter, Presidente del CIM. A quien agradeció el don de la gran estatua de San Tarcisio.

El mensaje del Santo Padre a tan nutrido grupo de ministrantes fue una invitación a comunicar la fe con alegría y entusiasmo, sin tener temor. Así les pidió: “Custodien celosamente en su corazón la amistad con Jesús. Cada vez que se acercan al altar ustedes tienen la fortuna de asistir al gran gesto del amor de Dios que se sigue donando para estar cerca de nosotros ayudándonos y dándonos la fuerza”. En sus saludos en nuestro idioma, el Santo Padre dijo: Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. Como les acabo de decir a los monaguillos, la Eucaristía es el gran don que Jesús nos ha dejado. Que el ejemplo de san Tarcisio, cuya imagen podéis contemplar aquí, os ayude a todos a tratar con creciente amor y veneración a Cristo, que en el Santísimo Sacramento se entrega por nosotros, y nos alimenta y sostiene en nuestro camino hacia la patria definitiva.

Muchas gracias.Como suele suceder después de saludar en diversos idiomas, el Papa envió un pensamiento especial a los enfermos, y a los recién casados deseándoles que el amor de Cristo sea siempre para los enfermos fuente de alivio y de paz, mientras a los recién casados, los invitó a hacer cada día más salda y profunda la propia unión.

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